El papel de un chamán contemporáneo, como yo lo veo, es ser un testimonio vivo de la conciencia experimental de la unidad de todos los aspectos de la vida.
Esto implica contribuir a la liberación de la separación, y la promoción de nuestro sentido humano de propósito a través del reconocimiento de la realidad más amplia en la que existimos. Esta realidad también incluye la muerte y lo que está más allá de nuestra percepción ordinaria, y que en última instancia puede proporcionar la auténtica comprensión de quienes realmente somos……
De alguna manera, es fácil jugar al chamán en la naturaleza o sentir una gran fuerza emulando las prácticas rituales de las culturas chamánicas nativas. Lo que es difícil es mantener esta actitud en la vida social ordinaria y los ambientes contemporáneos, y estos son los lugares que más lo necesitan.
El mundo necesita chamanes capaces de funcionar en las carreteras, entre los equipos electrónicos y motores, en las plazas y mercados de nuestra sociedad contemporánea.
Ser un chamán, como yo lo veo, no es acerca de ser un “chamán”. Es ser cualquiera y cualquier cosa que pueda servir para el propósito de la curación, sin importar que tan contradictorios o incompatibles parezcan ser para la gente de mente estrecha. Cada identidad es provisional, adoptada con el fin de conectar con otras identidades, sanando la fragmentación y la separación.
Un chamán puede cambiar de un “chamán” a un hombre de negocios, un artista, un devoto católico, hindú o musulmán, un médico, un arquitecto, un jardinero, lo que sea.
Sin embargo, una vez que un chamán se convierte en sólo un “chamán” usted puede estar seguro que ya no es más un chamán”.
© Franco Santoro, www.astroshamanism.org